500 g de sémola fina
2 huevos
1 cucharada de aceite de oliva
200 ml de agua caliente
Eche la sémola en un cuenco o amontónela sobre una superficie plana, dejando un hueco en el centro.
Bata los huevos, el aceite y el agua.
Añada tres cuartos de la mezcla de huevo a la sémola y diluya el líquido con dos cuchillos de filo plano.
Añada el líquido restante si es necesario hasta que el conjunto sea compacto y amáselo durante 10 minutos para darle suavidad
y elasticidad.
Divida la masa en cuatro partes, aplánela con el rodillo y déle la forma que desee.
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