-750 g de pasta al gusto (para esta preparación van bien los espagueti o tagliatelle)
-Una cebolleta picada
-3 dientes de ajo picados
-3 cucharadas de aceite de oliva
-450 g de carne picada (cerdo, vaca y ternera bien veteada, para que sea jugosa)
-Un cuarto de litro de nata líquida
-La ralladura de un limón
-Perejil picado

Se pone abundante agua en una cazuela tapada, sazonada a razón de diez g de sal por cada litro de agua. Cuando hierva, se
añade la pasta, dejándola cocer a fuego suave, para no correr el riesgo de que se nos pegue al fondo ni se raje o se parta.
Se deja cocer por espacio aproximado de dos minutos si es pasta fresca o recién hecha. El tiempo aumenta entre ocho y diez
minutos si se trata de pasta seca, más dura. Pero hay que tener cuidado, porque algunas pastas integrales requieren de muchos
más minutos de cocción. La experiencia y el gusto personal de cada uno serán determinantes en este sentido. Una vez cocida,
escurrimos la pasta en un colador.

En una sartén se añade el aceite, los dientes de ajo, una pizca de sal y la cebolleta, arrimando a fuego muy suave. Se deja
que la verdura se vaya haciendo muy despacio durante 20 minutos, más o menos

Una vez que haya transcurrido este tiempo, se sube la intensidad del fuego y se añade la carne picada dejando que se haga
otros 20 minutos más, aproximadamente, sin dejar de mover con una cuchara de palo, para que no se apelmace y quede bien suelta.

Se sazona y se añade la nata y la ralladura de limón, dejando reducir, para que la carne se torne melosa y bien cremosa. Para
terminar, sólo falta añadir el perejil y, por supuesto, la pasta recién cocida y escurrida. Ya está listo para servir.
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